La palabra “nutriente” o “nutrimento” es un término amplio que describe todas las sustancias alimenticias usadas por el cuerpo para asegurar un desarrollo normal y mantener una buena salud. El concepto, sin embargo, puede dividirse en dos grupos diferenciados de componentes alimentarios:
Macronutrientes y micronutrientes.
Macronutrientes
Constituyen los principales ingredientes de la dieta o bien el “combustible” necesario para que funcione.
Los Macronutrientes son:
- Proteínas
- Lípidos (grasas)
- Hidratos de carbono
- Agua (intracelular y extracelular)
El agua es un macronutriente, pero debido a que no obtenemos ningún “alimento” de ella a menudo no se la considera como tal. Es el elemento más importante de nuestro cuerpo, tanto cuantitativa como cualitativamente. No sólo representa en torno a un 60% del peso total de nuestro cuerpo, sino que también es el elemento más indispensable. Una pérdida de sólo un 8% del agua provoca una enfermedad grave.
En cambio, en el caso de las proteínas; el segundo elemento en importancia; el margen de pérdida posible es de un 15% aproximadamente.
Micronutrientes
A diferencia de los macronutrientes, los micronutrientes casi no aportan energía, sino que constituyen unos factores de colaboración esenciales para que el metabolismo funcione.
Los Micronutrientes son principalmente:
1. Vitaminas (por ejemplo, las vitaminas A, B, C, D, E y K)
2. Minerales (como el calcio y fósforo)
3. Oligoelementos (como pueden ser el hierro, zinc, selenio y manganeso).
Aunque estos nutrientes se necesitan en cantidades muy pequeñas, son, sin embargo los elementos alimentarios clave. Sin ellos no tendrían lugar los procesos de crecimiento y producción de energía, al igual que otras muchas funciones normales.
Consecuentemente, la salud depende de un suministro óptimo tanto de macronutrientes como de micronutrientes. La insuficiencia o el exceso en el consumo de cualquiera de ellos pueden acarrear problemas.
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